jueves, 25 de enero de 2018

1 SAMUEL. CAPÍTULO 11.

Saúl vence a los amonitas

111El amonita Najás hizo una incursión y acampó ante Yabés de Galaad. Los de Yabés le pidieron:
-Haz un pacto con nosotros y seremos tus vasallos.
2Pero Najás les dijo:
-Pactaré con vosotros a condición de sacaros el ojo derecho.
Así afrentaré a todo Israel.
3Los concejales de Yabés le pidieron:
-Danos siete días para que podamos mandar emisarios por todo el territorio de Israel. Si no hay quien nos salve, nos rendiremos.
4Los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl, comunicaron la noticia al pueblo, y todos se echaron a llorar a gritos. 5Pero, mira por dónde, llegaba Saúl del campo tras los bueyes y preguntó:
-¿Qué le pasa a la gente, que está llorando?
6Le contaron la noticia que habían traído los de Yabés, y al oírlo Saúl, lo invadió el espíritu de Dios; 7enfurecido, cogió la pareja de bueyes, los descuartizó y los repartió por todo Israel, aprovechando a los emisarios, con este pregún: <<Así acabará el ganado del que no vaya a la guerra con Saúl y Samuel>>.
El temor del Señor cayó sobre la gente, y fueron a la guerra como un solo hombre. 8Saúl les pasó revista en Bézec*: los de Israel eran trescientos mil y treinta mil los de Judá. 9Y dijo a los emisarios que habían venido:
-Decid a los de Yabés de Galaad: <<Mañana, cuando caliente el sol, os llegará la salvación>>.
Los emisarios marcharon a comunicárselo a los de Yabés, que se llenaron de alegría, 10y dijeron a Najás:
-Mañana nos rendiremos y haréis de nosotros los que mejos os plazca.
11Al día siguiente Saúl distribuyó la tropa en tres cuerpos; irrumpieron en el campamento enemigo al relevo de la madrugada y estuvieron matando amonitas hasta que calentó el sol; los enemigos que quedaron vivos se dispersaron, de forma que no iban dos juntos. 12Entonces el pueblo dijo a Samuel:
-¡A ver, los que decían que Saúl no reinaría! ¡Entregadlos, que los matamos!
13Pero Saúl dijo:
-Hoy no ha de morir nadie, porque hoy el Señor ha salvado a Israel.
14Y Samuel dijo a todos:
-Hala, vamos a Guilgal a inaugurar allí la monarquía.
15Todos fueron a Guilgal y coronaron allí a Saúl ante el Señor; ofrecieron al Señor sacrificios de comunión y celebraron allí una gran fiesta Saúl y los israelitas.

Explicación.

Yabés de Galaad se encuentra cerca de la orilla oriental del Jordán, y el reino de los amonitas se extiende al sureste. Es decir, Israel se encuentra de nuevo amenazada en su flanco oriental, como en tiempos de Jefté, algo lejos del corazón del país. Buen sitio para poner a prueba la unidad del pueblo; sobre todo teniendo en cuenta el frente occidental de los filisteos, más peligroso. Las relaciones entre Yabés de Galaad y la tribu de Benjamín se han manifestado en la guerra civil de Jue 19-21.

La función del nuevo rey es gobernar en la paz y salvar en la guerra: se tiene que comprobar su capacidad y eficacia salvadora en una empresa, que atañe a una pequeña localidad, pero compromete a todo Israel. El rey tiene que ser el polarizador, el que haga sentir la solidaridad de todo el pueblo, el que movilice las fuerzas de todos ante el peligro de algunos.

El autor puede unir hábilmente un fragmento en el que Saúl reacciona como un juez de la serie, sin prerrogativas reales, con otro fragmento que presupone al menos el nombramiento real.

11,1 Los nombres son ominosos para oídos israelitas. Saúl = El Pedido, tiene que vercer a Serpiente.

No es raro entre los monarcas de entonces llevar nombres de animales, quizá como nombre del reinado: Zorro, Oso, Carnero (recuérdense los animales emblemáticos de las tribus en Gn 49).

11,2 El pacto de vasallaje obliga sobre todo a tributos y prestaciones personales, asegurando la soberanía. La respuesta del amonita es de una crueldad inútil, expresamente dirigida a la afrenta de todo Israel. Afrenta equivale a derrota y se opone a salvación que es victoria: los dos polos de la narración.

11,3 Las negociaciones son sorprendentes. Quizá Serpiente quiere ahorrarse el riesgo y las pérdidas de un ataque frontal y prefiere intimidar a los cercados; quizá cuente con la desunión de tribus y ciudades, y sabe que nadie vendrá a socorrer a la insignificante aldea de Transjordania. Pero no cuenta con el cambio de situación en Israel, y acepta la propuesta saboreando por adelantado el triunfo: el fracaso de los mensajeros será la última afrenta de Israel.

11,4 Es una distancia de unos setenta kilómetros.

11,6 Como a Sansón, Jue 14,6-19; 15,14, como en el ensayo pacífico de 10,10.

11,7 El gesto recuerda el del levita pidiendo venganza, que provocó la guerra civil de Jue 19.

11,8 Bézec (Centella) se encuentra cerca de la orilla occidental del Jordán, a unos veinte kilómetros de Yabés. Es curiosa la división en Judá e Israel, y son exageradas las cifras. * = Centella.

11,9 Es clásico considerar la mañana como tiempo de gracia y salvación. La ventaja estratégica de Saúl tendrá así algo de rito religioso. La fecha parece coincidir con el séptimo día del plazo. Sal 46,6.

11,11 La táctica es conocida: Jue 7,16 (Gedeón); 9,42 (Abimelec). La marcha nocturna desde Centella ha permitido llegar sin ser observados.

11,13 En la conciencia de Saúl y del pueblo, la salvación ha venido del Señor; la monarquía conserva el carácter de mediación humana. 2 Sm 19,23.

11,14 Inaugurar o renovar solemnemente el nombramiento precedente. Con la victoria, Saúl se ha hecho acreedor al título.

11,15 El último verso reúne en síntesis pacífica los tres miembros de la nueva ordenación: el Señor, Saúl, Israel.

REINO DE SAUL (1030-1010)

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