jueves, 25 de enero de 2018

1 Y 2 SAMUEL. INTRODUCCIÓN. HISTORIAS O HISTORIA.

A primera vista creemos estar leyendo una obra de historiografía antigua. Escrita con viveza, con realismo, con un aire de verosimilitud. Es verdad que el libro tiene rasgos y escenas poco verosímiles, que encierra incoherencias patentes, versiones no armonizadas. En conjunto es más fuerte la sensación de verosimilitud, de coherencia humana y política. Con todo, eso no basta para inferir la historicidad.

En primer lugar, el Deuteronomista tiene ideas bastante claras y precisas, que orientan el relato en su conjunto. Los criterios del Deuteronomio y la situación histórica condicionan seriamente al autor. Su historiografía es tendenciosa. En segundo lugar, estos libros de Samuel son descaradamente favorables a David, contra Saúl, y por tanto, no menos tendenciosos.

Con todo, hay que aligerar el peso de ambas afirmaciones. Porque el autor último recoge y respeta muchas tradiciones, sin apenas interferir; y cuando quiere dar su opinión, la pone en boca de algún personaje, y el lector lo advierte. En los libros de Samuel, no disimula las debilidades, el crimen de su protagonista, mientras que el antagonista alcanza grandeza trágica.

De acuerdo con los datos a nuestra disposición, los juicios sobre la historicidad son divergentes. Están los que conceden a la obra un valor histórico muy limitado, los radicales que la declaran simple ficción, y están los que reconocen a la obra una historicidad básica, imposible de definir con precisión. En la última hipótesis ¿dónde y cuándo hay que situarla?

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